Recetas fáciles con trufa negra

La trufa negra en la cocina ha sido utilizada desde hace miles de años. Romanos, griegos, egipcios y otras civilizaciones ya las consumían. Y además les atribuían propiedades afrodisíacas. Vamos a contaros algunas recetas fáciles y deliciosas con trufa para que podáis disfrutar de ellas como nuestros antepasados.

Índice

Recetas con trufa negra fáciles de hacer

Uno de los grandes tesoros de la gastronomía son las trufas. De hecho, su sabor ya era apreciado por los griegos y romanos. Desde entonces, se le atribuyen propiedades afrodisíacas. En la Edad Media este tipo de hongo, vivió una época oscura, y en cierto modo, cayó en el olvido. No sería hasta el siglo XIX cuando volvería a las mesas y las recetas con trufa serían otra vez populares. Hasta el punto que el escritor francés, Brillat -Savarin,  autor de la Fisiología del Gusto dice de ella “la trufa es el diamante de la cocina”. 

En su obra se pregunta el porqué de este alto valor. Y lo explica de esta curiosa manera,“la trufa no es un afrodisíaco positivo, pero en ocasiones determinadas hace más tiernas a las mujeres y a los hombres más amables”. Así que con esta presentación no es de extrañar que haya conquistado el paladar de muchos exigentes comensales.

Aunque la Trufa negra o Tuber melaosporum  ya se utilizaba en la cocina  desde hacía muchos cientos de años, no fué hasta el Renacimiento que pasó a tener la fama de alimento exclusivo y gourmet. Ya en el S XVIII se empezó a utilizar asiduamente en las cortes europeas, elevando la trufa a la categoría de alimentos exquisitos. Sólo dignos de cabelleros, nobles y reyes.

Pero afortunadamente el panorama ha cambiado. Con la llegada de las plantaciones y el desarrollo del cultivo de trufas o truficultura, el consumo de trufa negra se ha extendido y democratizado.

Características organolépticas de la trufa negra, t. melanosporum

Si cortamos una trufa negra, observaremos que su interior es untuoso y suave. Además, el intenso aroma que desprende es embajador de las trufas. Su intenso olor a tierra húmeda, con toques a minerales y gas, junto a la exclusividad de su recolección, hacen de este hongo un auténtico diamante culinario.

No olvidemos que este hongo es hipogeo, crece enterrado. Por ello la recolección de trufa  no sería posible sin la ayuda de un perro adiestrado. Incluso con la ayuda de cerdos e incluso jabalíes.

El placer de cocinar con trufa

Que la trufa negra es un alimento de precio elevado no es ninguna sorpresa. Su precio oscila entre los 600 y 1500 €/kg. Pero también es sabido que únicamente unas láminas de trufa negra recién cortada sobre una tostada de pan y aceite de oliva son un auténtico manjar.

No hace falta una gran cantidad de trufa para poder disfrutar de ella. Con una pieza de 20 gr, con un coste de alrededor de 20€ podremos laminar trufa para bastantes platos, por lo que al final no será más caro que un buen plato de jamón o queso curado.

Además la trufa negra, T. melanosporum, resulta deliciosa con una gran cantidad de platos. Son riquísimas laminadas con pan tostado y un buen aceite de oliva virgen. En platos de pasta o arroz, unas láminas de trufa recién cortadas le dan un punto increible. Combinan a la perfección con verduras como el puerro, cardos, borrajas y sobre todo alcachofas. Y no podemos olvidar unos huevos rotos con patatas y trufa. ¡Una pasada!

Te recomendamos esta deliciosa conserva de alcachofas de Benicarló con canela, trufa negra y aceite de oliva. ¡Espectacular!

La trufa de invierno combina mucho con los postres. Anímate a probarla junto a un arroz con leche, una panna cotta o un helado de queso. ¡Simplemente espectacular!

Otra de sus ventajas es que su manejo en la cocina es bastante fácil, y además, así podemos captar su intenso y agradable aroma.

Cómo se conserva la trufa negra

Además la trufa negra se conserva con facilidad hasta 10-12 días después de su recolección. Bastará con guardarla en un recipiente hermético y papel de cocina para que pueda absorber la humedad. Incluso la podemos guardar en un recipiente junto a arroz, legumbres secas e incluso huevos. El aroma de la trufa acabará impregnando estos alimentos y podremos disfrutar de unos auténticos huevos trufados o de muchas otras recetas con trufa.

Existen además contenedores especiales para absorber el aroma de la trufa y conservarla en mejores condiciones. En La Casa de las Setas tenemos este modelo.

Lo bueno de las trufas, es que ya podemos consumirla en todas las épocas del año, a través de las técnicas de conservación. Por ejemplo, en su jugo, tan fácil como meterlas en una olla a presión con agua, brandy, vino blanco, jerez, u oporto, y dejarlas hervir. Pueden aguantar hasta un año en la nevera. Podemos, también, congelarlas, desecarlas y en conserva o a través de aceites , vinagres o licores.

Si optamos por congelarlas, una buena poción es hacerlo ya laminada. También podemos congelarla entera y rallarla sin descongelarla.

Y si optamos por comprar trufa fresca, la de invierno, puede estar unos diez días aproximadamente en la nevera, y la de verano, hasta un mes, según el portal trufamanía.

Recetas con trufa sencillas de cocinar

Podemos utilizar trufa negra para cocinar platos elaborados, embutidos, rellenos, guisados.... pero donde mejor funciona la trufa es recién laminada o rallada. Es ahí donde le podemos sacar todo el potencial a su intenso aroma. Así que vamos a proponeros algunas sencillos platos cocinados con trufa. Que lo disfrutéis.

Rebanadas de aceite trufado

La manera más sencilla es una simple rebanada de pan con aceite trufado con un poquito sal. Y podemos laminar trufas por encima. Sin duda alguna, un buen entrante o cena ligera. Una de las recetas con trufa más sencillas.

Huevos fritos trufados

Directamente buenísima, un placer de la vida. Quizás un de las recetas con trufa que más éxito tiene. Podemos enriquecerla aún más, si previamente hemos trufado los huevos

Para ello, cogeremos media docena de huevos y los colocaremos en un recipiente hermético junto a una trufa fresca, previamente lavada y envuelta en papel absorbente, pero sin tapar del todo la trufa. Lo cerraremos, lo metemos  en el frigorífico y lo  dejamos unas 48 horas.  

La  porosidad de la cáscara del huevo permitirá que su interior se impregne del aroma de la trufa. Ya los tenemos preparados para utilizar posteriormente.

Freímos  los huevos y  los depositamos  sobre un plato que hemos calentado previamente.   Laminamos  la trufa  sobre los huevos y esperamos unos segundos. El calor desprendido por los huevos es suficiente para que la trufa cambie su textura y volatice sus aromas que impregnarán todo el plato.

Láminas de trufa con queso

Necesitamos, queso tipo Brie, trufa de verano, harina, huevo, pan rallado y aceite.  Cortamos el queso láminas gruesas, y hacemos finas láminas con la trufa, y las colocamos entre dos láminas de queso.  Lo pasamos por harina, huevo batido y pan rallado. Y lo freímos en aceite muy caliente, después las ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y listo.

Te animamos a que nos cuentes cómo te gustan más a ti, y si tienes por ahí algunas recetas con trufa que quieras compartir. Envíanos tu receta a nuestra página de Facebook y compártela con nosotros. Nos encanta recibir recetas vuestras.

¡Salud y trufas!

 

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