En verano también hay setas

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¿Setas de verano? Mucha gente piensa que en esta estación no hay hongos, y para los seteros es bueno que así se siga pensando.

 

De esta manera el verano micológico quedará reservado casi exclusivamente para los amantes de la micología y las setas. Es una de las épocas del año donde más tranquilo podrás estar en el monte. Es poco probable encontrar gente en el monte y el placer de pasear bajo pinos y encinas, buscando boletus aereus, pinicolas e incluso edulis, es indescriptible.

boletus-aereus

Buscar setas en verano

La opinión que tiene el hombre de la calle respecto a la temporada de aparición de setas, es que aparecen únicamente en otoño. ¡Nada más lejos de la realidad!

Ya se va haciendo más conocido que la primavera es también un buen momento micológico. De hecho algunas especies de setas de primavera, colmenillas, perrechicos, gurumelos, ... son cada vez más populares y recolectadas por aficionados a la micología.

Pero cuando se dice que en verano también se pueden recoger muchas e interesantes setas, quien escucha esta afirmación la suele oír con un gesto de incredulidad. Pues está bien que así sea para la propia supervivencia de los micelios y para la tranquilidad de los aficionados a buscar hongos comestibles, que por lo menos en verano pueden reencontrarse a solas con la naturaleza. De hecho, lo mejor que puede ocurrir  para setas y seteros es que la gente piense que, efectivamente, en verano no hay setas.

Donde buscar setas en verano

La climatología española es tan variada como nuestra propia geografía. El verano es por ello un concepto bastante difuso y que significa algo muy distinto en Córdoba que en Soria o Santander.

Aquel curioso dicho popular de la Castilla mesetaria, de que el año climatológicamente se divide en "nueve meses de invierno y tres de infierno", no tiene ningún valor en el Pirineo u otros muchos sitios y no se puede generalizar.

Atentos a la lluvia y a la sequía

Para el mundo de las setas, lo que es sumamente negativo es lo que también antaño se conocía como "estío", es decir, la época de sequía y calor. Pero incluso con sequía y calor también se pueden encontrar algunas setas, porque siempre hay en los bosques pequeños rincones con microclimas más húmedos y zonas más frescas.

Boletus de verano

De todas formas, en un verano que según los lugares puede ir desde el mes de abril hasta el de septiembre, son muchas las especies que podemos ir a buscar, y especialmente hay algunos boletus comestibles que tienen preferencia por esta estación.

En un post anterior ya hablamos del Boletus aereus u hongo negro. En él ya comentábamos la predilección de este hongo excelente comestible por el calor y el verano. Pero no es el único boletus de la familia de los edulis al que le gusta el "caloret".

El Boletus aestivalis llamado así por ser un boleto veraniego es otro de los habituales por estas fechas.

Está considerado como el de menor calidad gastronómica de los 4 boletus más buscados, edulis, pinophilus, aereus y reticulatus, aunque a decir verdad es muy similar. Tanto en gusto  y textura como en su tamaño.

Así que si tenemos la suerte de dar con ellos a buen seguro que nos hará falta una buena cesta de mimbre, porque salen en cantidad!!

Tormentas estivales, setas seguras

En plena canícula, en las zonas más secas, tampoco es nada raro que en los meses de julio y agosto caiga una buena tormenta (si es con granizo, mejor aún) y cinco o seis días después hacen su aparición las primeras setas.

Pero alerta! estamos en la época más calurosa del año y hay que tener claro que desde luego no duran mucho y en dos o tres días más desaparecen.

Habrá que revisar bien las setas que recolectemos, ya que es la época de recolección donde mayor número de parásitos y larvas vamos a encontrar, así que no deberemos tardar mucho en refrigerar los hongos que consigamos encontrar.

Siguiendo a las tormentas se pueden recoger níscalos en cantidad en cualquier bosque de pinos, sobre todo si la lluvia ha sido acompañada de granizo, como hemos comentado. Parece ser que este choque térmico despierta los micelios, y se trata de un dato muy interesante para los apasionados a esta seta.

Sabiendo el ciclo de eclosión de estas setas que os explicamos en este artículo acerca de rovellones, deberemos poner el contador en marcha ya que es en verano cuando se inicia, después de las primeras lluvias copiosas

¿Qué setas comestibles salen en verano?

Hay muchas especies que aparecen con preferencia en otoño, porque ese es el momento del año en que el suelo tiene humedad y la temperatura es adecuada (y el propio suelo está caliente, porque no hay que olvidar que los micelios son normalmente habitantes del subsuelo).

Pero en pleno verano hay muchos lugares que normalmente reciben cierta cantidad de agua, como ocurre en zonas de montaña a todas latitudes (desde luego más cuanto más al norte y más cerca del mar), y como sucede en toda la franja cantábrica y menos en Pirineos.

Rebozuelos veraniegos

En el norte de Galicia, Asturias, Santander y País Vasco, llueve en verano, aunque la verdad es que en los últimos años no está lloviendo mucho, lo que favorece al turismo pero es malo para las setas.

En todos los bosques de estas provincias es muy fácil encontrar en los meses de junio y julio rebozuelos, que aparecen a distintas alturas y en diferentes bosques.

Un dato muy interesante para los aficionados a esta seta, es que se encuentra también en eucaliptales a baja altura cerca del mar. Sí, hemos escrito eucaliptales, porque aunque se suele decir que bajo estos árboles no aparecen setas o lo hacen especies raras venidas de Australia.

La realidad es que sea por continuidad con la vegetación anteriormente existente, o por cualquier otra causa, bajo eucaliptos se pueden encontrar muchas cosas (champiñones silvestres también).

rebozuelos

Setas de cardo y boletus pinophilus...

Otra especie que puede ser recolectada en pleno verano después de un par de días húmedos o con tormentas, es la seta de cardo.

Las campas abandonadas y no labradas en varios años en las que aparece esta deliciosa seta son muy generosas en cuanto tienen agua un par de días y luego sale el sol, cosa esta última que en verano está garantizada, y esto ocurre igual en junio que en septiembre.

Sierra de Guadarrama, pleno mes de julio, un suelo seco y reseco capaz de desmoralizar al más voluntarioso setero. En esta misma época y lugar, en los años algo más húmedos que éste, abundan los pinícolas hasta incluso finales de junio o primeros de julio naciendo entre los 1.000 y los 2.000 metros de altitud. Pero dependen mucho de la lluvia o la sequía, que hace que estos boletos asomen no lo hagan de ninguna forma.

Amanita rubescens, deliciosas

¿Tirar la toalla mientras crujen las ramitas resecas de pino a nuestros pies? Desde luego que no. La constancia tiene su recompensa y rompiendo un suelo duro y seco, podemos encontrar  setales de Amanita rubescenes con ejemplares fuertes y compactos.

Algunas de las setas ya totalmente desarrolladas con seguridad estarán agusanadas (fenómeno natural y normal en verano en el que las setas duran poco sin estropearse en el propio suelo), pero otras muchas estarán intactas. Un valioso descubrimiento. Pero no es único.

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Boletus erytropus, asiduo al calor y la humedad

La cabeza oscura y compacta de un buen boleto nos llama la atención esperando encontrar por fin un pinícola. No, es un B. erytropus, desde luego es mucho más feo, azuleando todo él en cuanto se le toca o se le parte, pero casi casi tan delicioso en la cocina como sus parientes de la familia edulis.

Con setas como esta, que casi nadie conoce y muchísimo menos recolecta (la realidad es que el azuleado de su carne exige un verdadero acto de fe para comerlo y cocinarlo), da gusto pasear por el campo y en pleno verano.

Otras setas de verano que podremos encontrar

Pero no son casos únicos estos dos, también con un calor tórrido y el suelo seco y reseco, podemos encontrar en un carrascal Russula vesca (deliciosa), Boletus lépidus, Sarcosphaera crassa en abundancia, Amanita spissa (con su característico olor a rábano que la identifica), y Agáricus spissicaulis (también fácilmente identificables por la especie de raicilla que arrastran al sacarlos del suelo).

Trufa de verano

 

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El apellido de esta especie de trufa veraniega, aestivum, nos indica su preferencia de estación. A pesar de no estar tan bien considerada como su hermana de invierno, la trufa negra o melanosporum, es en esta época cuando se recolecta en abundancia.

El auge de las plantaciones truferas de esta variedad hace que esté llegando a ser habitual en nuestras cocinas

¿A que no esperabas descubrir una variedad tan grande de especies de hongos y boletus excelentes para degustar? Por ello esta época es una de las preferidas para salir a recolectarlas. Ahora sólo te queda preparar tu equipacion micologica, llevar una buena botella de agua (que el calor aprieta) y salir a tu montaña preferida.

Seguro que darás con un buen rodal del que podrás presumir en las fiestas de tu pueblo o en las veladas con tus amigos en la playa.

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¡Salud y setas!

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