El mimbre y sus cuidados.

Tradicionalmente se ha cultivado mimbre en muchas zonas de nuestra geografía, ya que los artesanos cesteros construían una gran cantidad de objetos cotidianos con él. Baúles de mimbre, muebles de mimbre, cestas de muchas formas diferentes, ... Vamos a conocer un poco más de esta fibra vegetal que tanto nos ayuda en el monte.

Cultivo del mimbre

El arbusto de donde se extrae el mimbre (Salix Fragilia L.) es propio de tierra de regadío. Para crecer necesita para su cultivo una tierra buena , mucha agua y estiércol o abono. Su plantación  debe hacerse en surcos o en eras. Para ello utilizaremos como semilla la misma vara (de unos 25 - 30 cm ) que se clava en la tierra utilizando unos tacos de goma para introducir la estaquilla. Deberemos respetar una distancia entre estaquillas que suele ser de 25 a 30 cm en surco. También de surco a surco debe haber una separación de unos 50 cm. A los dos años si el cultivo ha sido favorable, se formará una cepa que echará de 12 a 15 mimbres

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Recolección del mimbre.

La recolección de las varas del mimbre suele hacerse a partir de enero, y se prolonga hasta marzo. Para ello seguiremos estos pasos:

1. Primero cortaremos el sauce a media altura. Dejando 3 o 4 varas en el arbusto sin cortar para que así pueda continuar creciendo y garanticemos las próximas cosechas. Antiguamente se cortaba con tijeras aunque hoy se hace con máquinas desbrozadoras.
2. Seguidamente pelamos el mimbre utilizando un utensilio especial: la mordaza. Con la mordaza rasgaremos la cáscara pero sin dañar la parte interna de las varas de mimbre.
3. Necesitamos secar los mimbres al exterior. No será necesario mucho tiempo y en un 5-7 días deberían estar completamente secos, aunque aquí influyen factores como el clima, la humedad, altitud... Es importante que consigamos tener los mimbres completamente secos para evitar que los hongos les puedan afectar. El mimbre atacado por parásitos y hongos presenta un aspecto manchado
4. Agruparemos las ramas de mimbre en racimos intentando que todas las varas de mimbre tengan la misma medida y las guardaremos alrededor de un año evitando corrientes de aire.
5. Herviremos los mimbres para conseguir que la corteza o cáscara que continuaba en las varas se vaya desprendiendo. Las varas se podrán partir hasta en 3 capas dependiendo del espesor. Dependiendo del trabajo de cestería que estemos realizando podremos utilizar las varas de mimbre enteras.
6. Utilizando una máquina especial separaremos la esterilla del mimbre de la viruta. La viruta es donde extraeremos el corazón de las varas de mimbre que utilizaremos para elaborar canastas de mimbre, cestas de mimbre, cestos... y la esterilla se utilizará para trabajos de remate y más delicados.
7. Muy importante volver a remojar o escaldar el mimbre para poder trabajarlo. De esta manera gana flexibilidad evitando el peligro de que se rompa o agriete al doblarlo

Elaboración del mimbre para cestas

Aunque ya hemos hablado en este artículo de los tipos de mimbre, enumeramos los más importantes: mimbre pelado o mimbre blanco, mimbre buff o mimbre cocido y el más basto, mimbre sin pelar

Mimbre pelado

Empozaremos los mimbres en varas, dentro de unos barreños o pilas con agua. Así conseguiremos que el mimbre active su savia de nuevo. Ayudados de peladores o mordazas, eliminaremos la corteza. Si queremos darle un tono más blanquecino se puede someter al mimbre a tratamiento con azufre

Mimbre buff

Es el clásico mimbre cocido de tono marrón rojizo. Una vez recolectado el mimbre y secado, se someterá a un hervido ara que desprenda la corteza.

Mimbre sin pelar

Más flexible, tradicionalmente se ha utilizado para elaborar recipientes agrícolas, más bastos y de menor categoría. Es de color más oscuro