Níscalos a la brasa: una deliciosa receta para disfrutar a la parrilla
Níscalos a la brasa: una deliciosa receta para disfrutar de nuestros robellones
Cuando hemos tenido la suerte de recolectar el apreciado Lactarius deliciosus, los níscalos a la brasa se convierten en una de las preparaciones más cocinadas y apreciadas. Estos hongos comestibles, conocidos popularmente como níscalos, son altamente valorados por su sabor y textura única. Al cocinarlos a la brasa, logramos realzar sus cualidades y sabores naturales, creando un plato que despierta el deleite de los comensales.
La combinación del delicado sabor ahumado y la ternura de los níscalos, obtenidos directamente de la recolección en el bosque, es un verdadero placer gastronómico. Si tienes la oportunidad de encontrar y recolectar Lactarius deliciosus, no dudes en disfrutar de unos deliciosos níscalos a la brasa y saborea la recompensa de tu esfuerzo en cada bocado. ¡Una experiencia culinaria inigualable!
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Cómo limpiar los níscalos: consejos para una preparación adecuada
Los níscalos son una de las setas más populares y consumidas en nuestro país. Su distintivo sabor y su abundancia en muchos territorios hacen que sean protagonistas en la gastronomía, presentes en numerosas recetas de nuestros restaurantes favoritos durante los meses de otoño.
Si no estás acostumbrado a cocinarlos en casa, es normal tener dudas sobre cómo seleccionar y limpiar los níscalos de forma adecuada. En este artículo, responderemos a las principales preguntas que surgen al momento de limpiarlos.
Mi níscalo tiene partes verdes... ¿Debo desecharlo?
¡No! Las partes "verdes" de los níscalos no indican que la seta esté en mal estado o estropeada. Estas tonalidades verdosas no afectan su sabor ni su comestibilidad. Son simplemente un indicador de oxidación que suele aparecer después de unos días de su recolección o si ha sufrido golpes durante el transporte.
Las "manchas" verdosas no afectan al sabor ni la comestibilidad de la seta, aunque es preferible adquirir níscalos sin estas tonalidades en el punto de venta, ya que indica que la seta está más fresca.
Paso 1: eliminar los restos de vegetación Si has adquirido níscalos "en bruto", es común que tengan restos de vegetación repartidos por toda la seta. Esto es normal, ya que los níscalos crecen en bosques de pinos húmedos y con abundante vegetación.
Para eliminar los restos de vegetación, sacude suavemente cada níscalo y retira a mano las malezas más grandes. Recuerda tratarlos con delicadeza, ya que son sensibles y podrían romperse si se manipulan bruscamente.
Paso 2: limpiar los níscalos con un trapo o cepillo En esta etapa, limpiaremos las partes que aún presenten suciedad, como tierra incrustada o hojas adheridas. Utiliza un trapo seco o un cepillo para limpiar cuidadosamente estas áreas.
Las setas recolectadas no deben mojarse, ya que absorben fácilmente el agua y eso afectaría tanto su sabor como sus propiedades beneficiosas. Por lo tanto, para limpiar los níscalos, utiliza un cepillo o un trapo seco.
Solo en casos extremos, cuando los níscalos estén muy sucios y no sea posible limpiarlos con un trapo seco, podrías lavarlos con agua. Sin embargo, ten en cuenta que esto reducirá su valor gastronómico.
Paso 3: elimina las partes no comestibles con un cuchillo Una vez que los níscalos estén limpios, es necesario retirar las partes que no aportan valor o que puedan estar dañadas.
Utiliza un cuchillo para quitar la parte inferior del tallo, ya que suele contener más tierra y suciedad, además de no tener valor gastronómico. Si hay partes que aún estén sucias después de estos pasos, puedes realizar ligeros cortes en las áreas que no deseas cocinar.
En ocasiones, es posible encontrar níscalos con partes podridas. En estos casos, no es necesario desechar toda la seta. Simplemente corta la parte afectada y revisa el estado del resto del níscalo antes de utilizarlo.
Paso 4: Finalmente, realiza una última revisión para asegurarte de que los níscalos estén completamente sanos y no contengan pequeños agujeros con gusanos en su interior.
Con estos consejos, podrás limpiar los níscalos de manera adecuada y disfrutar de su delicioso sabor en tus preparaciones culinarias.
Niscalos a la brasa, manos a la parrilla
Los níscalos a la brasa son una opción irresistible para los amantes de los hongos. Este plato sencillo y lleno de sabor destaca por su textura tierna y su aroma ahumado. En esta receta te mostraremos cómo preparar unos níscalos a la brasa perfectos, resaltando cada uno de sus sabores naturales. ¡Sigue paso a paso nuestras instrucciones y sorprende a tus comensales con este exquisito manjar!
Personalmente preferimos brasear níscalos deliciosus (Lactarius deliciosus), pero según con qué setero hables las preferencias cambian y hay muchos que no cocinan otro que no sea el níscalo de sangre (lactarius sanguifluus). Te recomendamos probar ambos y sacar tus propias conclusiones. No hay 2 níscalos iguales. SU sabor depende de muchos factores, uno de ellos el tipo de suelo, por lo que dentro de una misma especie el sabor puede variar mucho.
Ingredientes:
- Níscalos sin tallo, a ser posible de tamaños similares para que la cocción sea homogénea
- Ajos troceados y perejil, para hacer la picada
- Sal, pimienta
- Aceite de oliva virgen
Preparación:
- Preparar la parrilla y encender el fuego. Para comenzar, enciende el fuego en tu parrilla y deja que las brasas se formen adecuadamente. Distribuye las brasas en toda la zona de la parrilla, lo cual permitirá un cocinado uniforme de los níscalos.
- Colocar los níscalos en la parrilla. Una vez que la parrilla esté lista, corta los pies de los níscalos y coloca los sombreros con las láminas hacia abajo sobre la parrilla. Deja que se cocinen suavemente a la brasa por un breve tiempo.
- Mientras se cocinar por un lado prepararemos la picada. En un mortero picaremos los ajos, el perejil y el aceite de oliva con un poco de sal y pimienta, mezclando bien hasta conseguir una "majada"
- Condimentar y voltear los níscalos. Transcurrido el tiempo inicial de cocción, esparce la picada sobre los níscalos. Puedes utilizar un pincel de cocina. Rocíalos con aceite y, a continuación, dale la vuelta a la parrilla para que las láminas de los níscalos no queden expuestas a las brasas. De esta manera, el aceite y la picada se cocinarán a la vez que la parte de las láminas y el resultado será mucho más sabroso
- Terminar la cocción. Continúa cocinando los níscalos a la brasa hasta que estén completamente hechos. Esto suele tomar alrededor de 6 a 8 minutos, pero puedes ajustar el tiempo según tu preferencia de cocción.
Consejos útiles para cocinar niscalos a la brasa:
- Utiliza unas pinzas largas para poder girar los níscalos sin problemas, ya que la cercanía de la parrilla puede generar mayor calor que en una parrilla abierta.
- Asegúrate de limpiar bien los níscalos antes de cocinarlos, eliminando cualquier suciedad o residuo que puedan tener.
- Si lo deseas, puedes agregar otros condimentos o hierbas aromáticas para personalizar el sabor de tus níscalos a la brasa.
¡Disfruta del sabor único de los níscalos a la brasa!
Los níscalos a la brasa son una opción perfecta para disfrutar en cualquier ocasión. Su sabor ahumado y su textura tierna los convierten en un plato irresistible. Acompaña tus níscalos a la brasa con una ensalada fresca, unas patatas asadas o simplemente disfrútalos como una deliciosa tapa. No dudes en probar esta receta y experimentar con diferentes variantes según tus preferencias.
¡Prepara unos níscalos a la brasa y sorprende a tus invitados con un plato lleno de sabor y encanto!
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