¿Cuándo salen los robellones?
hace 2 años · Actualizado hace 1 semana

¿Cuándo tardan en salir los primeros robellones?
Los lactarius deliciosus, sanguifluus y otras variedades de robellones comestibles, son las setas silvestres más buscadas y consumidas en España, con permiso de la seta de cardo y los boletus. Todos estamos esperando que asome el otoño para salir en su busca a nuestros pinares.
Id preparando vuestras cestas para setas, que os vamos a contar cuando y donde buscar robellones o rovellons.
El ciclo de vida del níscalo: paciencia bajo tierra
El crecimiento de los níscalos comienza mucho antes de que asomen a la superficie. Los primordios, pequeñas estructuras iniciales del hongo, pueden empezar a desarrollarse incluso durante el invierno, cuando el suelo conserva la humedad. Estas diminutas setas en formación permanecen latentes bajo tierra, esperando las condiciones ideales para completar su desarrollo.
Para que el níscalo emerja, no basta con una sola lluvia: necesita varios episodios de precipitaciones copiosas y constantes. Lo fascinante es que estos primordios pueden mantenerse en estado de espera durante uno o incluso dos años, lo que explica por qué, tras temporadas flojas, pueden producirse cosechas especialmente abundantes: los níscalos han estado ahí, simplemente aguardando su momento.
El ciclo completo de desarrollo del níscalo desde las primeras lluvias hasta su aparición en superficie puede durar entre 35 y 40 días. Por eso, para los recolectores más experimentados, es útil llevar un registro de las tormentas de verano y principios de otoño. Saber cuándo y dónde ha llovido puede ser la clave para anticiparse a una buena cosecha.
Después de las lluvias de verano, salen los primeros níscalos
Se necesitan lluvias continuadas y copiosas para que se active la cuenta atrás de su crecimiento. Las lluvias de junio, julio y agosto, de más de 20 l/m2 y prolongadas durante 2-3 horas son las ideales.
Pero para que el crecimiento sea optimo estas lluvias se deben repetir 2 o 3 veces, cada 15-20 días. Estas tormentas de verano, en muchos casos acompañadas de granizo, son muy habituales en zonas como el Pirineo o la Ibérica turolense, grandes productoras de níscalos en otoño.
Ni que decir tiene que una buena granizada es todavía más beneficiosa para los robellones.
¿Cuándo salen los robellones? Condiciones ideales para su aparición
Los robellones, también conocidos como níscalos (Lactarius deliciosus), suelen comenzar a aparecer unas tres semanas después de lluvias abundantes, siempre que las condiciones sean favorables. La temperatura del suelo es clave: no debe descender por debajo de los 9 °C. Si se mantiene estable y sin enfriamientos bruscos, los primeros ejemplares pueden brotar bajo bosques jóvenes de pino.
El viento es uno de los principales enemigos del robellón. Si aparece tras las lluvias, puede resecar la superficie del suelo y frenar el desarrollo de los hongos. Para que la fructificación continúe, es fundamental que la humedad se conserve y que las temperaturas, aunque frescas, no bajen hasta el punto de helar el suelo.
¿Cuándo hay que buscar robellones?
Los níscalos son setas de temporada típicamente otoñal, y suelen aparecer entre octubre y enero. Sin embargo, cuando las lluvias son abundantes y las temperaturas se mantienen moderadas, también pueden encontrarse en otras épocas del año.
En condiciones excepcionales, como primaveras muy húmedas o finales de verano suaves, es posible detectar la presencia de robellones fuera de su temporada habitual. Aunque menos frecuente, su aparición en estos periodos responde al mismo patrón: lluvia suficiente, ausencia de viento fuerte y temperaturas suaves sin heladas.
Cómo, cuándo y dónde buscar robellones
La aparición de los níscalos no solo depende de la lluvia y la temperatura, sino también de la altitud del terreno. Al inicio de la temporada, suelen emerger en zonas más elevadas, donde las condiciones frescas llegan antes. A medida que el otoño avanza, la cota de fructificación desciende progresivamente, permitiendo su recolección incluso a nivel del mar en los meses más fríos.
Una vez que comienza la temporada, el micelio —la red subterránea del hongo— puede permanecer activo durante varios días o semanas si el clima se mantiene favorable. Esto significa que un mismo setal puede producir varias oleadas de níscalos, por lo que vale la pena revisitar las zonas productivas con cierta frecuencia.
La búsqueda estratégica es clave. Los robellones requieren altos niveles de humedad para desarrollarse, por lo que conviene dirigir la búsqueda a vaguadas, barrancos, ramblas y zonas con sombra o vegetación densa, donde la humedad se conserva por más tiempo. Además, los suelos ligeramente ácidos, cubiertos de hojarasca de pino, suelen ser especialmente fértiles para este tipo de hongo.
Es importante buscarlos al abrigo de la vegetación, entre la tierra y los matorrales que aguantan la humedad. Donde mayor cantidad de plantas encontremos también habrá más humedad y por lo tanto mas niscalos que llevar a nuestras cestas de mimbre.
Ahora solo queda estar atentos a las tormentas y sacar cuentas porque donde truene hoy tendremos níscalos en 21 días. Id afilando vuestras navajas
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¡Salud y robellones!
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